La biometría está desbloqueando un vasto mundo de posibilidades, a medida que se adopta a gran escala. Desde desbloquear teléfonos con el rostro hasta registrar entradas al trabajo con huellas dactilares, esta tecnología se está convirtiendo en la solución preferida para las empresas que buscan mejorar la seguridad y facilitar la vida de sus clientes. Sin embargo, aunque la tecnología biométrica promete conveniencia y seguridad, existe un desafío oculto que afecta a los usuarios: el sesgo. En otras palabras, un algoritmo que opera de manera inequitativa e imprecisa hacia ciertos géneros, razas, discapacidades y otros grupos de personas.

Cuando las empresas ignoran el sesgo en los sistemas biométricos enfrentan riesgos graves, riesgos que no solo afectan sus resultados financieros, sino también su reputación y la confianza de los clientes. Exploremos por qué el sesgo en la biometría es un problema que las empresas no pueden ni deben ignorar.

Sesgo en Biometría

Imagina un sistema de reconocimiento facial que tenga dificultades para identificar a personas con tonos de piel más oscuros o que detecte a las mujeres como incompatibilidades con más frecuencia que a los hombres. Esto no es ciencia ficción; está sucediendo hoy en día.

El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología de los Estados Unidos (NIST) descubrió que los rostros afroamericanos y asiáticos enfrentan tasas de falsos positivos entre 10 y 100 veces más altas, lo que significa que el sistema biométrico coteja incorrectamente dos rostros diferentes. Los rostros femeninos y más jóvenes también tienden a experimentar tasas más altas de falsos negativos, donde el sistema biométrico no reconoce correctamente dos imágenes de la misma persona.

En un caso reciente de identificación errónea, la tecnología de reconocimiento facial condujo a la detención equivocada de un hombre negro en Georgia, por presuntos robos de bolsos en Luisiana. Además, una persona con discapacidad puede caminar o hablar de manera diferente a lo que el sistema espera, o puede tener obstrucciones en el rostro o carecer de una huella dactilar. En estas situaciones, estas personas pueden quedar incapacitadas para acceder a servicios vinculados al reconocimiento de huellas dactilares, patrones de marcha o voz.

Cuando las herramientas biométricas de una empresa son percibidas como inequitativas o imprecisas, esto no solo genera frustración en el usuario, sino que también puede dañar permanentemente la reputación de la empresa…

Pérdida de Oportunidades de Negocio y Confianza del Cliente

Cuando los sistemas biométricos fallan debido al sesgo, no se trata solo de una falla técnica: es un cliente perdido. Ya sea porque el sistema no reconoce a alguien debido a su apariencia o porque identifica erróneamente a una persona como un riesgo de seguridad, esto crea una mala experiencia para el cliente y una percepción negativa del negocio.

El peligro real, sin embargo, va más allá de incidentes individuales. Si el sistema biométrico de una empresa falla de manera consistente con ciertos grupos de personas, corre el riesgo de alienar a comunidades enteras. Los clientes insatisfechos pueden influir en amigos, familiares y comunidades completas. En el mundo actual, una sola experiencia negativa puede propagarse como fuego en las redes sociales, impactando la percepción de la marca mucho más allá del incidente inicial. Este efecto dominó puede llevar a la reducción de la base de clientes y a la pérdida de oportunidades de negocio.

No se trata solo de un problema de relaciones públicas: es un problema de ingresos. Los clientes que han sido alienados no se quedan y, una vez que se van, son difíciles de recuperar. Las empresas que invierten en sistemas biométricos equitativos y precisos mantienen intacta su reputación y demuestran a los consumidores que valoran la inclusión.

Responsabilidad Legal y Regulatoria

Además de los riesgos para la reputación, existe otro motivo importante para abordar el sesgo: los problemas legales. Las regulaciones sobre datos biométricos están volviéndose cada vez más estrictas en todo el mundo, y las empresas necesitan cumplir con estos requisitos legales. Leyes como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) en Europa y la Ley de Privacidad de Información Biométrica (BIPA) en Illinois son solo el comienzo de esta tendencia.

Estas regulaciones están diseñadas para proteger a los individuos contra el uso indebido de sus datos biométricos. Cuando el sesgo se infiltra en estos sistemas, las empresas se exponen a demandas legales y multas significativas. Las empresas deben garantizar que sus herramientas biométricas no solo sean eficaces, sino también equitativas y transparentes. No cumplir con estos criterios puede significar enfrentar litigios prolongados, pagar multas elevadas y perder la confianza de los clientes.

Proteja Su Negocio Enfrentando el Sesgo de Frente

El sesgo en la biometría no solo es una cuestión moral, sino también un problema empresarial. Ignorarlo pone a las empresas en riesgo de perder la confianza, enfrentar sanciones legales y alejar a nuevos clientes.

¿La solución? Las empresas deben priorizar la equidad y la transparencia en sus sistemas biométricos.

Aquí es donde la IA inclusiva marca la diferencia. Soluciones como el entorno Knomi, de Aware, impulsadas por algoritmos avanzados, priorizan la equidad, al ofrecer autenticación biométrica sin sesgo. Probado y validado por el NIST, Knomi garantiza un rendimiento consistente entre diferentes demografías, ayudando a las empresas a evitar los riesgos asociados con sistemas obsoletos.

Al trabajar activamente para reducir el sesgo, las empresas pueden proteger su reputación, cumplir con las normativas, mantener a clientes satisfechos y, lo más importante, hacer lo correcto. No se trata solo de evitar riesgos, sino de construir un negocio en el que las personas confíen y con el que deseen interactuar.